Usá tu intuición: se dice que "nosotros no elegimos el cristal, sino que el cristal nos elige a nosotros". Los cristales vibran a distintas frecuencias y el cuerpo sabe perfectamente encontrar lo que es bueno para nosotros y nuestras mascotas sin que nuestra mente influya en la elección. A veces, no se trata de quedarse con el que tiene el color que más te gusta, sino de llevarte por el que  te atrapa por una razón que no puedes explicar. Es bueno dejar que ellos nos hagan su trabajo y nos conquisten.